miércoles, 15 de abril de 2020

El pueblo elegido

Atiendo al noticiario que escucho cada día (uno solo) y me fijo en cómo la periodista enfatiza la cifra de casos y muertes que está produciendo el bicho en otros países del mundo. No me dejo llevar por la primera impresión que genera esa entonación de desastre y he encontrado en una fuente fiable esas cifras sin el apresuramiento del mensaje verbal.

       Me he quedado desolado. Casi como esperaba, pero un poco más.

  TODOS MIENTEN

  La primera impresión que me produce el estudio es que aquí miente todo el que puede. Resulta que en China ha muerto una persona por cada 418.000. Si eso fuese verdad, Simón El Tranquillo llevaba razón: el virus nos habría costado 110 vidas; no merecía más atención que un buen lavado de manos de vez en cuando. Lo de India no tiene nombre (un muerto por cada tres millones y medio) y lo de Rusia tampoco: una víctima por cada 858.000 habitantes.

       Excluidos los países donde las estadísticas son una broma porque no quieren o porque no pueden tenerlas aseadas, nos quedan los casos de Corea del Sur (un muerto por cada cuarto de millón de habitantes) y de Japón (un muerto por cada 800.000). Esas cifras no parecen explicarlas ni la pirámide población (la de Japón es semejante a la española) ni los tests que se hicieron (cuando en Corea se acercaban a cinco mil, en Japón llevaban ochenta). Espero que, en el futuro, los epidemiólogos que no lo vieron venir, lo sepan explicar con solvencia. Lo de la disciplina y lo del estilo de vida no me vale; por un lado porque hemos demostrado ser tan obedientes como el que más y, por otro, porque para que nuestra tasa sea entre 250 y 400 veces mayor, no es que nos toquemos mucho, es que debemos pasarnos el día chingando. Lo que, por cierto, va en contra de la evidencia de la pirámide de población.

  EL PUEBLO ELEGIDO

  En realidad, el top ten de los países con mayor proporción de muertos lo componen países occidentales y apenas se cuelan un par de no occidentales entre los veinte primeros. Me temo que lo que primero explica la mortalidad por el bicho es la credibilidad de los Estados, su nivel de desarrollo, su sistema democrático.

      Pero, dicho eso, de entre ellos, el campeón es España. En España ha muerto, hasta la fecha, una persona por cada 2.561 habitantes. Solo Bélgica e Italia, por ese orden, tienen cifras parecidas, aunque menores. Pero el drama del Reino Unido es, en realidad, la mitad de grande que en España y el desastre estadounidense es el que representa un muerto por cada trece mil doscientos habitantes.

  QUE LO EXPLIQUE QUIEN SE ATREVA

  Que lo explique quien sepa. La imprevisión de los dieciocho gobiernos en hacer acopio de material puede ser una razón y, además, da carnaza a los negacionistas de las autonomías, pero no parece f´ácil que se junte tanta idiocia en los gobiernos. Sin ninguna excepción.

    El retraso con el que el gobierno central decidió encerrarnos puede ser otra, aunque después que nosotros fueron enclaustrados franceses, británicos, portugueses, austriacos o belgas. El caso portugués sería el paradigma de las cosas bien hechas porque decretó el confinamiento con un solo muerto: hoy tienen uno cada 18.000, pero Bélgica hizo lo mismo y hoy están casi como en España: uno cada 2787.  

    Descarto lo de la indisciplina. Algo podrá explicar nuestro natural zalamero, pero a falta de estadísticas oficiales sobre el besuqueo en otros países no puede ser la causa principal. En todo caso, quedaría contrarrestada en parte por el efecto del calorcito, ya que parece que empieza a demostrarse que algún grado de más (no hace falta temperaturas tórridas) dificulta la transmisión del bicho.

     Tampoco somos el país más contaminado de Europa, elemento que favorece la mortalidad.

     No somos los más viejos de Europa, no al menos en la proporción que reflejan las cifras.

     Es cierto que tenemos muy pocas camas en los hospitales (297 por cada 100.000 habitantes), pero Suecia, el Reino Unido y Dinamarca tienen menos.

     Somos un país abierto, que recibe muchos turistas desde tiempos de los iberos y de los celtas, pero las estadísticas internas no parecen acusar a los foráneos de la catástrofe.

     Nuestra economía es interdependiente, pero no la que más; España no es el país europeo que más movimiento de personas registra por razones económicas.

     Las estadísticas internas dicen que un número importantísimo de los fallecimientos se producen en las residencias de ancianos. No tengo estadísticas al respecto, pero me cuesta creer que en otros países con tasas de mortalidad menores cuezan habas diferentes a las de aquí; no al menos en las proporciones de las que estamos hablando. 

    Me rindo. Alguien dirá que las causas son todas esas juntas. ¿Todas juntas? ¿Todas ellas han coincidido en España? Ya es mala suerte. Ya debería jodernos la recidiva del Spain is different.

      Cuando pase esto, como se dice ahora, se escribirán montones de tesis sobre qué es lo que ha ocurrido. Los políticos irán al trazo grueso (más aún que éste) para decir el insulto más gordo, pero eso no nos va a servir nada más que seguir culpándonos unos a otros, probablemente para que crezca demasiado quien no tiene que hacerlo y para que, a lo peor, el próximo bicho nos vuelva a pillar por los cataplines. ¿Qué tal si, por una vez, le ponemos cordura al asunto?

  ANEXO

Número de habitantes por cada fallecimiento:

España: 2.561

Bélgica: 2.787

Italia: 2.848

Francia: 4.337

Gran Bretaña: 5.606

Países Bajos: 5.798

Suiza: 7.374

Suecia: 9.776

Irlanda: 12.162

Estados Unidos: 13.200

Portugal: 17.983

Dinamarca: 19.374

 

Elaboración propia a partir de la fuente citada. Para cifras de población, consultar aquí.

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