viernes, 12 de julio de 2013

Liquidación por cierre

Liquidación por cierre


La mitad de los establecimientos de la ciudad ha colgado el cartel «Liquidación por cierre» y la otra mitad está rotulando la cartulina. Después de décadas de escucharnos los unos a los otros decir aquello de «como aquí no nos pongan algo...» seguimos fiando nuestro progreso colectivo al aliento benefactor de las hadas. Las infraestructuras que nos han concedido las utilizamos para marcharnos más deprisa y aquí no vienen ni las águilas (me dicen que la colonia de rapaces del vertedero está en alarmante recesión: ni carroña parece quedar). La crisis o la derecha (si no son la misma cosa) están acabando con la ciudad. No es que no nos pongan nada, es que ahora nos damos cuenta de lo mucho que nos podían quitar. Los liberales, defensores de que el Estado solo genera estorbos para la sociedad, los está quitando todos: sanitarios, docentes, asistencia social y cuantas otras cosas existían gracias al Presupuesto. Escucho que son muchos los que ríen satisfechos por el modo en que Cospedal está liquidando a los funcionarios (la envidia, eso que nos corroe desde caínyabel) y que por eso volverá a ganar dentro de dos años. Es posible, si es que para entonces queda alguien para votar. Porque a los emprendedores (antes, empresarios) o les va como ya he dicho que les va o, visto lo visto, mejor que no vengan y ya nos apañeremos nosotros para repartirnos la miseria.
¿Y de los políticos, qué? Bastante tienen con tener que pasarse el día mintiendo para ganarse el sueldo. «Sí, cariño, me has dejado baldada; claro,  como la tienes tan grande...» Bueno, esas mentiras u otras, qué más da.

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