La Fundación del Español Urgente ha elegido “escrache” como
la palabra del año pasado. Cuando la fundación se plantee elegir la expresión del año, y no solo la palabra, estoy
seguro de que designará a “ponerse de perfil” como la expresión de 2013. O la
muletilla. O el tópico. Por no decir otras cosas peores que se me ocurren.
Cada cierto tiempo sale a la palestra publicada una nueva
expresión que hace furor entre el personal y que de pronto se hace
imprescindible entre todo aquel que se pone al alcance de un micrófono. Nadie
puede imaginarse un mundo sin ese sintagma a pesar de que antes a nadie se le
había ocurrido. El último al que le escuché decir que no se pondría de perfil
fue a Patxi López, supongo que queriendo referirse a que, cuando se convocasen
las primarias en el PSOE, tomaría una decisión, consideraría la posibilidad de
postularse, no eludiría el reto, miraría los apoyos que tuviera… incluso que no
se escondería. Pero no, López no hará nada de eso. Lo que hará será no ponerse de perfil. Como todo
el mundo el año pasado y, me temo, en los sucesivos.
Entre 2002 y 2003 la administración Bush elaboró lo que
llamaron el “Roadmap for peace”, un plan para alcanzar la paz entre israelíes y
palestinos. La expresión fue traducida al español como “hoja de ruta” y, desde
entonces, hemos tenido hoja de ruta para cualquier acontecimiento, siendo curioso que nunca antes habíamos tenido
tal cosa sino, como decíamos, planes o proyectos o palabras similares que ya
casi han dejado de existir.
No digamos nada de la impresentable “puesta en valor”, que
no sé cuándo se utilizó por primera vez ni por qué no deja de utilizarse. Lo
curioso de estas expresiones es que se adhieren al vocabulario de sus usuarios
sin distinción de sexos, razas, clases sociales ni, sobre todo, de formación,
de manera que uno la escucha no solo a cualquier politiquillo de provincias
sino a personas de suficiente talla intelectual como para pensar que jamás se
dejarían vencer por la esperpéntica muletilla.
No digamos nada de “hacer los deberes”, expresión sin la
cual es imposible realizar una crónica deportiva que merezca tal título. Ni
rastro queda de los periodistas creativos que utilicen expresiones tan
innovadoras como el Real Madrid cumplió con las expectativas, el Atlético de
Madrid consiguió los puntos que necesitaba o el Betis cumplió con el
pronóstico, por ejemplo. Ahora todo el mundo hace los deberes. Y, por cierto, no solo en el deporte porque el mimetismo de la estupidez traslada la expresión a ámbitos menos anecdóticos, suponiendo que la política lo sea.
Ea.
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