No sé cuántos votos ha perdido Podemos desde que Pablo Iglesias se
marcó aquello de “Viva Cataluña libre y soberana”. Que yo sepa, uno,
pero lo mismo son un millón. Desde luego, la gente de
izquierdas a este lado del Ebro deberá pensar muy bien de ahora en
adelante qué hace con sus papeletas de voto, si soportar a un partido
sospechoso de todo por pertenecer a la vieja guardia o
encumbrar a otro que vive instalado en el eslogan y demasiadas veces
en la ignorancia.
No deja de asombrarme la capacidad que tiene cualquiera para
alucinar a esta nueva izquierda, o bien, la capacidad que tiene esta
izquierda para dejarse alucinar por cualquiera. En otro momento
critiqué en un modesto tweet lo que Félix Ovejero hizo mucho mejor algunos meses después, siendo mi crítica a raíz del apoyo que Podemos Madrid daba al
Ramadán. Sí, al Ramadán. A una manifestación religiosa. Podemos. Aunque parezca mentira.
Y hoy puedo traer, para subrayar lo de la ignorancia, la manera en
la que Alsina, el periodista de Onda Cero, descuartizó el pasado viernes
a Albano Dante, el líder de Podemos en Cataluña, que
demostró saber de la historia reciente de Cataluña nada,
absolutamente nada. De manera que su posición al respecto de cualquier
cosa que tenga que ver con Cataluña sospecho que vale exactamente
lo mismo, dado que no hablamos de un militante de base sino de un
dirigente, que debe apoyar sus ideas en conocimientos y no en el vacío
del eslogan.
Un par de días después, o sea ahora mismo, leo que la líder de Podemos en Madrid dice que la cuestión de Cataluña nunca ha sido nacional sino una cuestión de democracia.
Las
preguntas que se me ocurren son tantas que convertirían esta entrada
en un artículo demasiado largo y, en fin, como son declaraciones en
medio de la efervescencia antiloquesea mejor lo
dejamos estar. Otra cosa es que esta chica, Isabel Serra, no haya
caído en que sus declaraciones servían para jalear el discurso de un
político catalán que ha venido a Madrid para defender su
derecho a convertir a los madrileños en extranjeros. No sé qué
piensan Tardá, Gabriel y demás catalanes que están ahora viajando por la
España opresora, ladrona y perezosa cuando vuelven a su
hotel a dormir, pero no descarto que se partan de risa al ver cómo
algunos pipiolos caen rendidos a sus pies con solo nombrar a Franco, que
sigue dando unos réditos impensables en cualquier país
cuarenta y tantos años después de muerto.
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