domingo, 17 de septiembre de 2017

Podemos o no Podemos

No sé cuántos votos ha perdido Podemos desde que Pablo Iglesias se marcó aquello de “Viva Cataluña libre y soberana”. Que yo sepa, uno, pero lo mismo son un millón. Desde luego, la gente de izquierdas a este lado del Ebro deberá pensar muy bien de ahora en adelante qué hace con sus papeletas de voto, si soportar a un partido sospechoso de todo por pertenecer a la vieja guardia o encumbrar a otro que vive instalado en el eslogan y demasiadas veces en la ignorancia.
 
No deja de asombrarme la capacidad que tiene cualquiera para alucinar a esta nueva izquierda, o bien, la capacidad que tiene esta izquierda para dejarse alucinar por cualquiera. En otro momento critiqué en un modesto tweet lo que Félix Ovejero hizo mucho mejor algunos meses después, siendo mi crítica a raíz del apoyo que Podemos Madrid daba al Ramadán. Sí, al Ramadán. A una manifestación religiosa. Podemos. Aunque parezca mentira.
 
Y hoy puedo traer, para subrayar lo de la ignorancia, la manera en la que Alsina, el periodista de Onda Cero, descuartizó el pasado viernes a Albano Dante, el líder de Podemos en Cataluña, que demostró saber de la historia reciente de Cataluña nada, absolutamente nada. De manera que su posición al respecto de cualquier cosa que tenga que ver con Cataluña sospecho que vale exactamente lo mismo, dado que no hablamos de un militante de base sino de un dirigente, que debe apoyar sus ideas en conocimientos y no en el vacío del eslogan.
 
Un par de días después, o sea ahora mismo, leo que la líder de Podemos en Madrid dice que la cuestión de Cataluña nunca ha sido nacional sino una cuestión de democracia. Las preguntas que se me ocurren son tantas que convertirían esta entrada en un artículo demasiado largo y, en fin, como son declaraciones en medio de la efervescencia antiloquesea mejor lo dejamos estar. Otra cosa es que esta chica, Isabel Serra, no haya caído en que sus declaraciones servían para jalear el discurso de un político catalán que ha venido a Madrid para defender su derecho a convertir a los madrileños en extranjeros. No sé qué piensan Tardá, Gabriel y demás catalanes que están ahora viajando por la España opresora, ladrona y perezosa cuando vuelven a su hotel a dormir, pero no descarto que se partan de risa al ver cómo algunos pipiolos caen rendidos a sus pies con solo nombrar a Franco, que sigue dando unos réditos impensables en cualquier país cuarenta y tantos años después de muerto.

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